Tres grandes zonas conforman la vivienda.
La zona de noche, que se mantiene prácticamente igual que en la vivienda original, formada por tres dormitorios y una zona de acceso que a su vez ejerce la función de distribuidor.
Una zona intermedia donde se sitúan los baños.
Por último nos encontramos con la zona de día, zona principal y más luminosa de la vivienda formada por un estar comedor de generosas dimensiones, una pequeña zona de desayunos y la cocina.
La cocina se plantea como el elemento principal de toda la intervención.
Esta se materializa como una gran caja negra entorno a la que se desarrollan las actividades principales que una familia realiza a lo largo del día.
Una caja negra que nos ayuda a definir los tres espacios que conforman la zona de día y a dotar de un carácter especial a la nueva vivienda.
Las molduras existentes, que se conservan en toda la intervención, nos ayudan a delimitar los nuevos espacios y nos transportan a los años en que se construyó el edificio, objetivo principal que nos habíamos marcado junto a los clientes con esta intervención.